Complicado en su inicio,
satisfactorio en su final y en medio un saber estar a la altura de las
circunstancias. Así ha resultado el paso del equipo formado por el piloto Iván Cabrera Ravelo (https://www.facebook.com/ivancabreraofficial) y su copiloto Samuel
Rodríguez García (https://www.facebook.com/samuxiki.rodriguez)
en el “55º Rallye Isla de Gran Canaria”, disputado durante este fin de semana.
Y es que esta prueba de
automovilismo no fue una tarea fácil de acometer para los ocupantes del Honda Civic
EK4 portador del nº 38 en sus puertas delanteras. Y como bien explica “fue
una semana muy agotadora, madrugando bastante y acabando los días hasta muy
tarde, “a piñón” con el coche y reparto del trabajo hasta el mismo jueves por
lo que pedimos autorización para pasar las verificaciones técnicas al día
siguiente. Pero hay que decir que esta dedicación mereció la pena.”
Una entrega que les valió acabar la cita en la 27ª
plaza, y evento realizado en progresión tras estar penalizados por diferentes
motivos técnicos durante los tres primeros tramos de velocidad, si bien el
efectivo trabajo de personal de asistencia y un saber estar dentro del coche
permitieron que este resultado sea catalogado de muy positivo.
“Ya en el tramo espectáculo, desarrollado junto al
Estadio de Gran Canaria, y primero del encuentro, notaba la dirección un poco
rara (muy dura), cuando giraba el coche era inmanejable, por lo que se impuso
tener cabeza, no saltar en el espacio habilitado ni dar espectáculo y más
sabiendo que no habíamos tenido tiempo de probar el coche con antelación.” Superándose a este
inconveniente aquí terminaban 34º de 47.
Ya en jornada de sábado, con todo
el grueso del evento por delante y antes de acometer la cronometrada de
apertura (TC2, de los nueve propuestos) “notábamos que la dirección volvía a estar
dura, pensamos que era debido al líquido de la bomba de dirección asistida, el
equipo la rellenó y seguimos sin mejoría, sacaron esta pieza y montaron otra,
siguiendo igual, volvieron a reemplazarla por otra y lo mismo, tras varias
maniobras tendía a ablandarse, pero sin gran resultado. Con estas
circunstancias decidimos salir sin ir a arriesgar y “a terminar”. Cuando nos
dirigíamos a la salida, y de manera súbita, la dirección se alivió, así que decidimos
empezar con mucha precaución, y tanteando las reacciones del coche porque no
sabíamos cuánto aguantaría, y más sabiendo que era un tramo a tomarse con
respeto sobretodo en la parte de “Los Marteles” por la velocidad que se
conseguía alcanzar y un error podía significar un golpe importante.”
Cual carrera de obstáculos, los
problemas no acababan en este punto “ya que, tras una parada para prepararnos para
comenzar la tercera especial, y tras ponerlo en marcha el motor se pone a
funcionar en tres cilindros con la consecuente pérdida de rendimiento. Al no
tener tiempo de solucionar la avería salimos con los cuatro indicadores, aunque
lo intentamos hacer de la mejor manera posible.”
Paso por el parque de trabajo y
tiempo para emplearse a fondo y de dar con la solución de la avería “nuevamente
nuestro personal se aplicaba a fondo. Primeramente, se cambiaron las bujías, y
luego los cables, sin mejoría, posterior revisión de los inyectores, más otras
consultas que daban como consecuencia que Civic volviera a la completa normalidad.”
Con esta mejoría se imponía
intentar recobrar la desventaja “así que en vista que el Honda estaba bien
intentamos recuperar algo del tiempo perdido, como si en ese momento empezara
la competición para nosotros, pero con la incertidumbre de que volvieran a
aparecer los problemas y mermaran nuestras opciones de subir a la rampa final.”
Dicho y hecho. “Al
ver que íbamos mejorando posiciones también subíamos el nivel de entrega y esa táctica
dio buenos resultados para seguir mejorando posiciones en la clasificación.
También ayudo que me sentía muy cómodo las reacciones del coche gracias a una
estabilidad más lograda.”
A la culminación de esta presencia
señalaba que “para nosotros este ha sido un gran rallye y muy luchado. Tanto mi
padre, equipo, copiloto y yo mismo estamos muy motivados y, a nivel general,
dando buenos resultados.”
Esta competición también ha significado
un paso más en la evolución y formación de sus ocupantes. Para Cabrera las vivencias y contrariedades
también suman, mientras que, hablando de su acompañante, “Samuel (mi copiloto) ha
progresado un montón, aportando nuevos datos en las notas aparte de las que yo
le indico, corrigiendo en carrera cuando es necesario y eso hace que me permita
ir más rápido, apurando cada vez más. Confío más en él, me empuja y ante cualquier
duda me aporta seguridad.”
Pero los éxitos y los
inconvenientes se viven en global y eso pasa por pensar que “el
equipo ha funcionado a las mil maravillas y trabajado muy bien. Son quienes
están sacando al Honda para adelante.”
Y llega el momento de los
agradecimientos “a los patrocinadores por hacer posible cada nueva participación, como
son www.automovilestoni.com; Cafetería
Rubí; Yaiza Ramírez, correduría de seguros multimarca (Carrizal, Ingenio);
Carnicería Sony (Ojos de garza); Taller de Chapa y Pintura Hermanos Rodríguez;
Taller de Mecánica La Majorera; Silenciosos El Calero; Nacho Marine Sport;
Decoraciones y Eventos CJR.”
Asimismo, hace extensible este
sentimiento a su núcleo más cercano con “mis padres, a mi abuela que, aunque tiene
respeto porque yo esté corriendo, está apoyando, a mi pareja, a mis suegros, a
mi copiloto por el gran trabajo que sigue haciendo y la motivación que me da.”
“Agradecimiento a personal de otros equipos que nos
ayudaron a poder seguir compitiendo, la verdad es que muy contentos, se
portaron muy bien. Y felicitar a todos los pilotos y copilotos que
participaron, así como a la Federación de Automovilismo de Las Palmas y
Ayuntamiento de la Vega de San Mateo, por el picnic que nos dieron.” Además de acordarse de la
afición “por su incansable apoyo y estímulo desde las cunetas.”
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